TRATADOS DE PAZ

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En aplicación de los acuerdos alcanzados en Potsdam, los cinco ministros de asuntos exteriores de Gran Bretaña, EE.UU., la URSS, Francia y China se constituyeron en Consejo Permanente y se reunieron en Londres en septiembre de 1945 a fin de redactar los tratados de paz con los vencidos. La reunión fue fracaso lo que llevó a una reunión en diciembre en Moscú de los ministros de EE.UU, Byrnes, URSS, Molotov, y Gran Bretaña, Bevin. Allí se acordaron los procedimientos para redactar los tratados de paz.
En 1946 se reunió en París una conferencia de los ministros de asuntos exteriores de Gran Bretaña, URSS, EE.UU. y Francia y posteriormente de julio a octubre de ese mismo año se encontraron en lo que se denominó Conferencia de Paz los representantes de los veintiún estados miembros de las Naciones Unidas que habían luchado realmente en la guerra contra el
Eje: Gran Bretaña, URSS, EE.UU., Francia, China, Bélgica, Grecia, Noruega, Países Bajos, Polonia, Checoslovaquia, Polonia, Yugoslavia, Australia, Canadá, India, Nueva Zelanda, Unión Sudafricana, Brasil, Chile, Etiopía y la Rusia Blanca y Ucrania, repúblicas soviéticas que se vieron reconocidas individualmente.
El proceso culminó en Europa con la firma de los Tratados de París el 10 de febrero de 1947 entre los vencedores y los países satélites de la Alemania nazi (Italia, Rumania, Hungría, Bulgaria y Finlandia).
En el caso de la firma del tratado de paz con Japón, la
revolución china y el triunfo de Mao Zedong complicaron el proceso que finalmente culminó con la firma del Tratado de San Francisco en 1951 con Japón. Este tratado fue firmado por cuarenta y nueve países, entre los que no se hallaban presente la URSS, India y China y redujo a Japón a sus fronteras de 1854. La denominada declaración de Moscú de 1956 firmada por los primeros ministros Hatoyama y Bulganin puso fin al estado de sitio entre la URSS y Japón.
En 1955 se firmó el Tratado de Viena que acabó con la ocupación de Austria, país que recuperó su independencia por primera vez desde el
Anschluss de 1938.
Tras la capitulación sin condiciones del 7 y 8 de mayo y la ocupación de su territorio Alemania sufrió duramente las consecuencias de la guerra de destrucción iniciada por
Hitler: fuertes pérdidas territoriales, pago de indemnizaciones... Sin embargo, como veremos más adelante, el estallido de la guerra fría llevó a unos resultados no previstos por los Aliados vencedores. La partición del país en dos estados, la RFA y la RDA, enfrentados y alineados con las dos superpotencias enfrentadas tras la segunda guerra mundial impidió la firma de un tratado de paz entre los vencedores y Alemania. Habrá que esperar a la firma ¡el 12 de septiembre de 1990! del llamado Tratado 4+2 entre las cuatro potencias vencedoras (URSS, EE.UU., Gran Bretaña y Francia) y la República Federal y la República Democrática de Alemania. El tratado que otorgó la plena independencia a una Alemania reunificado fue firmado 45 años después de la derrota.








EL ORIGEN DE LAS NACIONES UNIDAS

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La idea de restablecer un sistema de seguridad colectiva más eficaz que el de la fracasada Sociedad de Naciones nació durante la guerra. En concreto, la Carta del Atlántico, aprobada durante el encuentro que mantuvieron Churchill y Roosevelt en agosto de 1941, preveía "la institución de un sistema de seguridad general establecido sobre bases más amplias".
¿Por qué no limitarse simplemente a mantener la
Sociedad de Naciones? Las razones fueron varias: el fracaso de la institución con sede en Ginebra había sido tan patente que su mera reconstitución tuviera un efecto desastroso en el terreno de la confianza internacional, por otro lado, la URSS, que había sido expulsada en 1939 tras su agresión a Finlandia, se oponía enérgicamente a su reconstrucción. Era evidente que se hacía necesario crear una institución completamente nueva.
Los pasos posteriores se dieron en la Declaración de las Naciones Unidas aprobada en Washington el 1 de enero de 1942, en la que los participantes, siguiendo un proyecto elaborado por la Secretaría de Estado norteamericana, se comprometían a elaborar un sistema de paz y de seguridad para la posguerra, en el viaje de
Cordell Hull a Moscú en 1943 en el que obtuvo el apoyo soviético a esa idea y en la Conferencia de Teherán, donde se reafirmó la idea crear una organización internacional.
En la
Conferencia de Dumbarton Oaks en otoño de 1944, representantes de EE.UU., la URSS, Gran Bretaña y China aprobaron un borrador de proyecto para esta nueva institución internacional. Las grandes naciones, las que "habían vertido su sangre en beneficio del resto del mundo" según se afirmó en sus resoluciones, se reservaban el derecho de poner las bases de la nueva organización. En Dumbarton Oaks se acordó que los cuatro participantes en la Conferencia más Francia serían los miembros permanentes del futuro Consejo de Seguridad.


Consecuencias Territoriales de la Guerra

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Consecuencias territoriales de la segunda guerra mundial.


El fin de la Segunda Guerra Mundial y las distintas conferencias de paz celebradas entre los los aliados dio como resultado la conformación de un nuevo mapa de Europa.
Consecuencias territoriales en el mundo
Artículo principal
:Cambios territoriales de la Segunda Guerra Mundial
Rusia anexionó el este de Polonia, Estonia, Letonia, Lituania, y partes de Finlandia y Rumanía. Polonia recibió territorios de Alemania (Pomerania, Silesia y la mitad de Prusia Oriental). Alemania y Austria quedaron divididas en cuatro zonas de influencia, posteriormente Austria recuperó su independencia en 1955 y en el caso de Alemania, Estados Unidos, Francia y Reino Unido unificaron sus respectivas zonas de influencia en la República Federal Alemana y la URSS hizo lo mismo con su zona de influencia y la convirtió en la República Democrática Alemana.
La guerra dejó al descubierto la debilidad de los países europeos y los movimientos de independencia de las colonias se generalizaron con el apoyo de las dos superpotencias. Los ejércitos de las potencias coloniales no tenían ya capacidad para controlar dichos movimientos, por lo que a lo largo de la segunda mitad del siglo XX de produjo la llamada
descolonización.
El mundo quedó dividido en dos bloques:
El bloque capitalista: liderado por los
Estados Unidos y con influencia en Europa Occidental.
El bloque comunista: liderado por la
URSS y con influencia por Europa del Este.

Consecuencias históricas de la Segunda Guerra Mundial

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Consecuencias históricas
Además de los horrores propios de toda
guerra, la Segunda Guerra Mundial introdujo formas de sufrimiento no achacables a la propia escala de la misma:
Deportaciones masivas a
campos de concentración y de trabajo, organizados en Europa por Alemania (contra judíos, homosexuales, eslavos, discapacitados, gitanos, Testigos de Jehová, comunistas, españoles republicanos, sacerdotes católicos y ministros de otras religiones, etc.), que se convertirían en campos de exterminio donde tendría lugar el Holocausto; también en Estados Unidos y otros países de América, internando a sus ciudadanos de ascendencia japonesa.





España en la Segunda Guerra Mundial

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Al comenzar la guerra mundial, España tenía 26.187.899 habitantes (censo de 1940), y había crecido en 2.343.103 en los últimos 10 años, pese a los tres años de guerra civil y al exilio. La más extraordinaria es la que supone que en la posguerra / guerra mundial murieron (por hambre, por enfermedades adquiridas en la guerra) o dejaron de estar presentes en el censo por el exilio más españoles que durante la guerra. El número de personas asesinadas por cualquiera de los medios conocidos (desde el tiro en la carretera al consejo de guerra sumarísimo de urgencia) es desconocido, pese a las muy diferentes interpretaciones de cada historiador. Como el número de muertos en la guerra. Unos se aferran a la mítica cifra del millón (título de la también mitica novela de Gironella, 1961) y otros la rebajan a menos de la mitad. Es curioso que también estos cálculos, hechos de todas las maneras posibles, sea por informes policiales y judiciales o por cálculos sobre actas de defunción, hayan seguido estando divididos en dos bandos: los republicanos mantienen la cifra alta; los militares y los franquistas, la reducida. En las esquelas de los periódicos fue corriente ver durante dos o más años después del último parte de guerra la anotación: "Murió víctima de los padecimientos sufridos en la zona roja", o las alusiones directas al asesinato. Las otras muertes aparecían muy pocas veces: en casos señalados, en los periódicos se publicaba una noticia de redacción y título obligatorio: "Sentencia cumplida".





La Guerra y las Alianzas

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La conquista de Polonia
Alemania atacó a Polonia el 1 de septiembre de 1939. Esto causó la entrada en guerra de Gran Bretaña y Francia el 3 de septiembre.
La anexión de Dinamarca y Noruega
Con la doble finalidad de asegurarse el abastecimiento de hierro sueco y controlar la fachada oriental del Mar del Norte, Alemania ocupó sin resistencia la pequeña Dinamarca y Noruega, tras derrotar a las fuerzas expedicionarias británicas allí enviadas. En Oslo se estableció un gobierno dirigido por el fascista noruego Quisling, quien pronto se convirtió en el prototipo de colaboracionista. En junio de 1940, ambos países quedaron plenamente bajo control alemán.
































Italia entra en guerra

Tras múltiples dudas y pese a carecer de un ejército conveniente preparado, Mussolini entró en guerra el 10 de junio de 1940. Italia esperó a que Alemania hubiera derrotado prácticamente a Francia para entrar en el conflicto.





Introducción de La Segunda Guerra Mundial

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La agresiva política expansionista de la Alemania nazi, dirigida a la revisión radical de la situación creada tras la Conferencia de París de 1919, contó con el apoyo de potencias totalitarias y expansionistas como Japón e Italia. La rápida derrota francesa dejó al Reino Unido sólo ante Hitler durante un corto período de tiempo. La entrada de la URSS y de los EE.UU. junto a los Aliados en 1941 desequilibró de forma definitiva la guerra a su favor. Una alianza "contra natura" de las grandes potencias democráticas y capitalistas y de la dictadura soviética puso fin a los afanes imperialistas de los sistemas fascistas y totalitarios.